En el totonacapan existe una diversidad de danzas. sus ejecuntantes bailan por fe (Foto: Jorge Huerta E.)
En el totonacapan existe una diversidad de danzas. sus ejecuntantes bailan por fe (Foto: Jorge Huerta E.)

– Se están perdiendo las tradiciones, la cultura, se avergüenzan de sus raíces: Salvador Francisco

Por Jorge Huerta Estrada/ informatePR

Coxquihui, Ver.- En el municipio de Coxquihui, lugar enclavado en la sierra totonaca, existen danzantes que bailan por fe, para ejecutar algunos de los bailes tienen que estar limpios de cuerpo y alma, afirma Salvador Francisco, danzante y médico tradicional, quien a su vez asegura que se está perdiendo la cultura en ese lugar.

Una de las causas de la disminución de integrantes de grupos de danzantes se debe a la falta de gente joven que se vaya involucrando en esas actividades: “Yo pienso que a los muchachos como ya están estudiados ya no les gusta la danza. Les da pena. Se avergüenzan de sus raíces”.

Coxquihui, Veracruz (Foto: Jorge Huerta E.)

También la comercialización de las danzas ha traído como consecuencia que los danzantes existentes lo hagan por dinero, así es que, ante la falta de recursos, es difícil que se pueda retomar la tradición de los bailes, antes lo hacían por fe, “ahora queremos que todos se nos pague”.

Salvador Francisco ha sido integrante de distintas agrupaciones de danzantes. “Primero bailé de Huehues, luego en mis tiempos bailé en otras comunidades, bailé de Negro (Danza de los Negritos), de los agachados de Papantla, bailé desde chamaco… también bailé con los Toreadores”.

“Lo espiritual es parte de la danza, cuando yo inicié me dijeron que tenía que completar cuatro años, sin que nadie te obligue, desde luego, si te gustó la danza, tienes que cumplir con cuatro años… y puedes seguir teniendo tu fe, pero ya no te sientes obligado, ya lo vas a hacer por gusto…”

Castigo divino

“Antes lo hacíamos por fe… si alguien llegaba a faltar (cometer una falta) si estás bailando con los huehues tienes que estar limpio de tu cuerpo, de tu alma, no andar metiéndote con las muchachas, ni siquiera quedarte en tu casa, tienes que quedarte con el grupo, así era antes, ahí donde ensayábamos, íbamos el sábado y el domingo. Teníamos que quedarnos con el grupo. Y luego en el transcurso de la fiesta que duraba dos semanas teníamos que permanecer en el lugar donde nos vestimos, donde nos cambiamos de ropa, teníamos que permanecer… más los que estaban casados, no tenían por qué ir a su casa a comer o a beber a echar relajo. Tenía que permanecer aislado de su casa, era por la fe, y hay de aquel que cometía una falta… aquel que es danzarín,  y se va a besuquear con una muchacha y se va a meter de lleno con una mujer, ese al rato, (aunque) el grupo no supo lo que fue a hacer aquel a escondidas, tenía que caer por su propia falta”.

Imagen en la sierra totonaca (Foto: Jorge Huerta E.)

Salvador Francisco dice que vio varios casos de toreros, negritos o huehues. Él lo vivió de cerca.

“O se enferma, le agarra fiebre, o le agarra vómito, o le dan calambres, o me está diciendo que el payaso le está pegando… que el chénchere me está picando… se castigaba de esa manera en los que fallaban en su fe.”

“Entonces cuando alguien caía de esa manera, el papá, la mamá o la esposa iban y decían que como iban a curarlo pues se encontraba delirando a causa de las fiebre y dolor en los músculos. Lo llevaba al médico pero al parecer no tenía ningún problema de salud.

Para remediar la situación tenían que hincar al enfermo frente al altar y ahí mismo le comenzaban a cantar doce sones, para iniciar el ritual de sanación, el ritual de curación.”

Para efectuar la cura tenían que darle de cuartazos (castigo con la cuarta, equivalente a latigazos) mientras se cantaban los sones, sin embargo, en muchos de los casos, comenta Salvador, no siempre sentían el correctivo, a pesar de pegarle a diestra y siniestra. Esto porque estaba poseído por el espíritu de la danza. “Hasta que él sintiera, hasta que gritara… le suspenden el castigo y se suspende la música”.

Penitencia

Para resarcir el daño causado a sus compañeros, el danzante infractor tenía que preparar comida y bebida para los integrantes del grupo.

“Él tiene que poner sus cervezas, su aguardiente, tiene que darles de comer a todos, mandarles sus ofrendas a los diferentes jefes, son tres jefes de la danza, pero de tres que se convierten en seis, porque hay relevos, y son tres músicos, el violinista, el guitarrero y jaranero…  a todos esos hay que llevarles sus ofrendas…”

Tiene que preparar una gallina por cada jefe en mole, arroz, cervezas, aguardiente para cada uno y se salva, advierte.

Tradiciones en riesgo

Salvador Francisco tiene décadas practicando las danzas y la medicina tradicional, algunas de las festividades que se hacían cada año, ahora no siempre se llevan a cabo, pues además de los factores económicos, algunos danzantes cobran por participar, a pesar de que es bonito bailar para aprender palabras, pasos y ritmos se tienen que enfrentar a diversas dificultades.

En las fiestas patronales de Coxquihui del 21 de septiembre ha participado en la danza  de los huehues, esa misma danza también la llevan a cabo el 12 y 24 de diciembre, ya con ciertas variantes; en algunas fiestas se llaman huehues, luego tejoneros, empezando diciembre se cambia a la danza de los matarachines, en esos días hay cambios como por ejemplo las damas se visten sin pañuelos ni nada, o se puede vestir de indita, o de china poblana, solamente con máscaras y sombrero para bailar en la noche. En el caso de los caballeros se visten de chaparreras, lucen distintos disfraces que utilizan hasta el día 24 (de diciembre).

Durante las fiestas del carnaval se les da un giro distinto.  Cada quien se viste como quiere; de mujer embarazada o con la máscara de cualquier animal. La música no es ajena a estos cambios.

“En los huehues hay una regla, que está el hincapié, en la entrada de la danza a la iglesia a la plaza… luego vienen los sones intermedios, luego los pasos intermedios y se llega el momento de subir el chénchere y subir el tejón… después llega el momento de bailar el payaso, que también tiene sus sones especiales… hay para bailar solos, para bailar con una dama o cuatro damas… ahí lleva varios cambios…”

Salvador refiere dos causas por lo que a los jóvenes nos les interesa la danza. Dice que las nuevas generaciones son más estudiadas y eso impide que continúen con las tradiciones de su pueblo, pues les da pena, se avergüenzan de sus raíces indígenas y también les apena que al vestirse de mujeres son objetos de burlas de sus amigos o conocidos. “…por ejemplo si yo me visto de mujer y mañana me van a ver por ahí… si bailaste con falda no se te va a pegar, solamente fuiste a divertir… y es una forma de desahogarse”.

Cofradías

Otro de los factores que han propiciado la baja en las tradiciones es la incorporación de distintas religiones a la región del totonacapan; el sincretismo que se vive dentro de las comunidades indígenas se dio desde la llegada de los españoles que no pudieron erradicar las costumbres precolombinas, de tal manera que se integraron en las tradiciones que hoy conocemos. En Coxquihui religiones distintas al catolicismo han divido a la población, de tal manera que se han dejado de realizar las fiestas patronales en ese lugar.

“Como yo curo por medio de yerbas y oraciones, hemos sido perseguidos tanto por los médicos como las autoridades, pero en medio de todo este relajo nos hemos hecho valer, por las instituciones como el Instituto Nacional Indigenista y otros que están trabajando por tradiciones, que tiene México”.

Desde niño, afirma que le llevaban bebés enfermos aún siendo menor de edad. Que sólo con cargarlos y darles un par de nalgadas quedaban curados de vómito, mal de ojo o de algún otro problema. Así nació su vocación de médico tradicional, con fe. “Ahora soy reconocido”, advierte.

Mucho por hacer

Para rescatar las tradiciones hay mucho por hacer, Francisco dice que se requiere de escuelas para enseñar la danza a los niños, promoviendo los usos y costumbres en beneficio del pueblo, incluso en las distintas religiones. Que sepan el significado de los rituales. Hay que divulgar  las actividades.

“Desde 1957 comencé con la danza, bailábamos por fe, por una tradición y hasta la fecha… si los muchachos se animan… vamos a bailar en mi fiesta, pues vamos a bailar… yo los apoyo, los impulso”.

Ahora que existe una valoración de las actividades culturales, de los promotores e instituciones dice que ya es reconocido, Salvador Francisco ha viajado a Tantoyuca, Acayucan  y Zongolica en el estado de Veracruz, además de participar en otras entidades como Chiapas donde promueve la medicina tradicional.

“Por una parte nos han ayudado porque hemos sobresalido, han descubierto que también somos curanderos.  Además de las danzas que también somos creyentes, somos los pilares de nuestra comunidad, de conservar nuestra cultura. (InformatePR 2008)

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