Una ciudad que no para de crecer
Una ciudad que no para de crecer

– Historia de una ciudad petrolera

Por Mario Á. Román del Valle/ informatePR

En este artículo deseamos compartir una reflexión y un análisis histórico del marco que delimita un momento particular de nuestro pasado social: el 20 de noviembre de 1951, cuando el presidente de la República de aquella época, Miguel Alemán Valdés, signó, formalmente, la creación del Municipio Libre de nuestra ciudad, Poza Rica de Hidalgo, Veracruz.

Partimos de una descripción de los tiempos que vivía la ciudad petrolera en aquella coyuntura, pero también incluimos aspectos de los tiempos históricos que experimentaba el país en la medianía del siglo XX, con un somero recuento de las características del sistema político que regía los destinos nacionales, y los aspectos que marcan el sexenio del presidente Alemán.

Una ciudad petrolera en plena expansión 

En la década que va de 1950 a 1959 Poza Rica continuó creciendo aceleradamente. La población pasó de 28 mil habitantes a más de 70 mil; un intenso programa de construcción de viviendas, instrumentado por Petróleos Mexicanos, permitió que nuevas colonias se poblaran rápidamente; la infraestructura urbana se fue erigiendo en esos años, con la construcción de calles y avenidas, entre las que sobresale el boulevard Ruiz Cortines, inaugurado en 1954 (1).

Aunque muchos sectores poblacionales se establecieron, careciendo de la mayoría de los servicios públicos, de forma que se volvió tradicional en nuestro municipio ver calles lodosas, drenajes mal construidos, deficiente trazo de las vías urbanas, pésimos servicios públicos (agua potable, alcantarillado), y falta de alumbrado público.

Una ciudad que no paraba de crecer

Como hemos apuntado, al principiar esta década, Poza Rica alcanzó la categoría de municipio libre. Y otro fenómeno que también caracteriza a este periodo, desde el punto de vista político, es la consolidación, y el posterior derrumbe, del poderoso cacicazgo que lograron establecer el ingeniero Merino, en alianza con el cuestionado líder sindical Pedro Vivanco (tan proclive a las acciones corruptas y represivas), y un grupo de incondicionales y aliados. Y al mismo tiempo, es de resaltar la larga batalla de resistencia que dieron importantes grupos de trabajadores petroleros disidentes, así como fuerzas políticas democráticas, que intentaron, infructuosamente, detener la corrupción, el saqueo y el pillaje de los poderosos de aquel tiempo.

En el ámbito económico, Poza Rica se estableció como un substancial polo de desarrollo para la zona norte, debida fundamentalmente a que siguió siendo un gran centro productor petrolero.

Entre 1947 y 1958 el centro petrolero pozarricense no solo mantuvo su importancia productiva, sino que incluso acentuó su estratégica posición como el campo de mayor productividad nacional, ya que pasó de representar el 56.7% en el primer año mencionado, al 65.5% en el año de 1958, once años después (2).

De acuerdo con los datos que hemos recabado, la producción de petróleo crudo en Poza Rica, durante los sexenios de los presidentes Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines, mantuvo un ritmo ascendente, pues si en 1946 se producían 26 millones de barriles anuales, para 1951 se obtenían poco más de 52 millones, y en el año de 1955 dicha producción se situaba en casi 66 millones de barriles, siendo precisamente este año el punto cúspide de la producción petrolera en el distrito de Poza Rica, y representando entonces el 73.8% del total nacional, lo que significa que cada 4 barriles de petróleo que se producía en el país, 3 de ellos se extraían de nuestra región.

Este significativo incremento de la producción petrolera en la zona pozarricense se explica por la conjunción de tres principales factores: en primer lugar, por el esfuerzo permanente y por la creatividad de los trabajadores petroleros, que supieron superar numerosos obstáculos para sacar adelante a una compleja industria, como lo es la petrolera; en segundo lugar, porque durante los dos sexenios antes mencionados (1946-1958), la administración de Petróleos Mexicanos, bajo la dirección de Antonio J. Bermúdez, intensificó las labores de exploración y perforación de pozos, buscando encontrar nuevos yacimientos petrolíferos; y en tercer lugar, y como resultado regional de la segunda razón, en el año de 1952 se descubren los primeros pozos productivos del prometedor campo de la llamada “Nueva Faja de Oro”, que incluía reservas petroleras considerables en la amplísima área geográfica comprendida entre Álamo (en la parte norte) y la barra de Tecolutla (al sur de Poza Rica).

El auge de la perforación petrolera en Poza Rica

Debemos apuntar que durante 1944 a 1958, la vida económica, política y laboral pozarricense estuvo dominada por la personalidad del ingeniero Jaime J. Merino, quien era, a no dudarlo, un técnico preparado, de gran capacidad de trabajo y audaz.

Un gran número de personas de aquel tiempo lo consideran un funcionario de “gran visión económica”, que permitió el desarrollo y crecimiento de la ciudad. Aunque, en mi opinión, omiten los aspectos negativos de lo que fue un cacicazgo indiscutible. También se evita mencionar que tuvo como aliados incondicionales de sus políticas económicas a un grupo de dirigentes sindicales que, abiertamente, promovieron la corrupción (venta de plazas, negocios turbios con contratos de labores, tráfico de influencia, etc.), y que usaron de las lamentables herramientas del sometimiento político (tales como golpizas y persecuciones de los disidentes, asesinatos y desapariciones políticas, entre otras) (3).  

El desarrollo de las labores productivas continuó en los siguientes años. Así, en 1955 se iniciaron los trabajos de perforación y producción del nuevo campo petrolero de “San Andrés”, el cual tendría un horizonte productivo considerable, pues a partir de 1957 entregó a la nación millones de barriles de petróleo, reforzando de esta manera el carácter estratégico de Poza Rica, como principal centro productivo petrolero del país.

Estos considerables incrementos productivos, tal y como lo apreciaba el Director de PEMEX, ing, Bermúdez, tuvieron una gran importancia no solo para Poza Rica, sino para el país en su conjunto. Ya que ello permitió tener ingresos significativos al fisco federal (los cuales debieron canalizarse en la construcción de escuelas, hospitales, etc.); y además para nuestro municipio y la región, constituyó una derrama económica de gran cuantía.

Podemos decir, los pozarricenses, con bastante orgullo, que nuestra generosa tierra fue un trascendente factor de progreso y desarrollo económico para la nación. Y no debe olvidarse que muchos y cuantiosos recursos llegaron al gobierno federal, vía la erogación de impuestos y participaciones de PEMEX, saliendo originariamente del fecundo subsuelo pozarricense, y extraída tal riqueza por las manos proletarias de nuestros padres y abuelos.

¡Lástima es que bien poca, de dicha magnificencia económica, se haya podido quedar en la propia Poza Rica! ¡Lástima que montañas de dinero se hayan “evaporado”, vía la corrupción, en aquella época de esplendor!

Ya hemos señalado que Poza Rica fue, en la década de los cuarenta, el centro pionero en las instalaciones para el aprovechamiento del gas; pero no debe olvidarse que también lo fue en lo que respecta al arranque de la petroquímica en el país, con la construcción y puesta en funcionamiento de una planta productiva de azufre en todo el año de 1951, así como la instalación de varios equipos orientados a recuperaciones secundarias. (noviembre 2022)

Continuará…

ir a la segunda parte https://www.informatepr.com.mx/historia-del-petroleo/el-nacimiento-del-municipio-de-poza-rica-segunda-parte/

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