– País de pobres
Por Mario Noriega Villanueva/ informatePR
Lástima por los mexicanos que, sí tienen conciencia y la intención de ayudar al país a salir de este hoyo que día con día se va haciendo más crítico, porque más pronto que de volada, no tardando no tardando, la pobreza acabará con él. Si conforme a los enterados ya los mexicanos en la pobreza alcanzan la mitad o un poco más, imagínense si con las políticas actuales, se generan millones de nacionales pobres, en este sexenio que apenas va a la mitad y sin que su pueblo reaccione, al final de este mandato apenas podríamos decir que cuando menos habrá unos 80 millones de mexicanos que no tienen sino escasamente para comer, pero con un mínimo de ellos que acaparan toda la riqueza.
De aquel liderazgo que, bien o mal se logró tener todavía antes del último decenio del siglo pasado, México ahora, no es sino uno más de los países de américa, porque sus presidentes, lo han llevado a esa degradación política, económica y social porque, hay que insistir es un pueblo conformista, que no reacciona ante las situaciones tan difíciles desde inicio de los 90s, cuando empezó sus calvario que ya ha durado tres décadas y un poco más, abandonándose a un conformismo ya en estos momentos exasperante.
Les ha costado mucho a los mexicanos carecer de conciencia y firmeza para exigir a sus gobernantes que deben aplicar políticas positivas sin mirar hacia atrás, de no ser para analizar las experiencias vividas y proyectar realmente el mejoramiento en todos los aspectos del pueblo y no de unos cuantos que en efecto, han saqueado al país, pero que nadie hizo nada por detenerlos y hacer que se dedicaran a su función de servir a todos y no solo a grupos y grupúsculos, que es cierto, aprovecharon la corrupción, para enriquecerse hasta el insulto.
Constitucionalmente, el verdadero poder radica en el pueblo, y es este, el que está obligado a influir en sus gobernantes desde el presidente de la República hasta los alcaldes. Aunque es cierto que “quien tiene el poder, lo tiene todo”, –sostenía Dante Alfonso Delgado Rannauro, en su cuatrienio como gobernador de Veracruz. Sustituyó a Fernando Gutiérrez Barrios, en 1988–, es cierto también que ese poder lo debe ejercer junto con el pueblo y no detrás ni menos, sobre él. México tiene muchísima gente capacitada, preparada y sobre todo de alto nivel académico, especialistas en cada actividad, en los que pueden apoyarse para realizar un ejemplar trabajo.
Sin embargo, ha podido más la ambición, la corrupción, que luchar por el bienestar de sus gobernados y ese es el riesgo de seguir cayendo al abismo, la pobreza y la hambruna por esas causas, hasta el fondo.
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