Afrentas discontinuas

Por Melina Morquecho/ informatePR

Siempre lo confieso, lo digo, “poco pierdo la capacidad de asombro”, a diario hay algo nuevo que reconocer, en los términos de lo cotidiano se da lo incomprensible,  lo inconcebible, la discordancia, la disparidad, más de lo menos para la cultura, pocos recursos, escasos apoyos, intentos inconcretos, ausencia de proyectos, suma de esfuerzos, resta de oportunidades… poco de lo mucho, así nuestra sociedad sigue en su “absoluta” evolución, con escasas cosas que contar sobre los aconteceres de la estática ciudad, ¡la sociedad!, dueña y señora, esperpento de los precipicios, mujeres empujando a niñas, buscando ganar, -¿pensarán realmente en lo que ganan? niñas mujeres en una pasarela de concurso, víctimas infantiles, presas fáciles del consumo, futuras compradoras compulsivas, bellas, engalanadas del polvo que cubre las apariencias de lo interno, frágiles, concursos a la belleza de ellas, concursos de  cimientes de lo futuro, aplaudidas por todos, vanagloriadas por muchos en su vaivén sobre una tarima, celebradas por su audacia, por la necesidad insensata de los adultos de buscar la proyección de la gloria en los cuerpos ajenos de la fama del segundo en que se imprime la placa, en que dispara la cámara como un dardo certero que se asesta a los recuerdos que  guardaran por siempre en un papel, esa es la otra cara de Poza Rica, la Poza Rica inerme la que no pide bibliotecas, centros de instrucción, la que no llega a la Casa de Cultura, la que ya no se enloda de tierra, sujeta a una cultura, siempre sin dinero para todo, no hay ni que gastar, la que no tiene para hacer; esta la nuestra Poza Rica si tiene para los concursos en que se disponen de recursos, ¡concursos de belleza!, Involucrando a una dirección municipal que realmente tiene proyectos, es precisamente de tal forma que la ignorancia es tan absoluta que pueden seguir discurriendo sobre este medio como una forma de proyección, ¿qué proyectan?, ¿A quién proyectan?, ¿Para qué?, esta ciudad no necesita de caras bonitas y cuerpos bien hechos, no necesita de mujeres engañadas sobre la tela que se cortan las miradas al verlas pasar, necesita  más de esas mujeres que andan en la calle trajinando, jodiendose el lomo, apoderándose del mercado, demandando espacios para decir y demostrar a lo que aspiran, nosotras, las otras queremos, exigimos, gritamos la necesidad de apoyo a lo realmente necesario para inundar con proyectos, con realmente proyectos que provoquen que incentiven a la ciudad, que generen, que permitan manifestaciones de lo puro, del arte, de la cultura, no de lo ajeno, no más afrentas. (informatePR 2008)

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