Figuras elaboradas con vainilla, en la ciudad de Papantla (Foto: Jorge Huerta E.)
Figuras elaboradas con vainilla, en la ciudad de Papantla (Foto: Jorge Huerta E.)

– Buscan mujeres incremento de producción con cultivos de traspatio

– No se explota la orquídea desde el ámbito turístico

Por Jorge Huerta E./ informatePR

Papantla, Ver.- Como nunca, la vainilla en México cayó al 1% de la producción mundial, luego que en los años 45 y 50 del siglo pasado éramos los principales productores, pues la mejor vainilla es la que se produce en el totonacapan, aquí se domesticó y salió a todo el orbe, señaló Adriana Aparicio Gaya, Presidenta de acuerdos del día nacional de la vainilla.

A decir de la productora de vainilla en la región de Papantla, la producción que salió de estas tierras era suficiente para satisfacer las necesidades de todo el mundo, sin embargo hoy somos la cuarta fuerza con el 1% del mercado que hoy ostenta Madagascar, país que ha desplazado a México y que establece el precio a nivel internacional.

Adriana Aparicio Gaya, investigadora del Sistema nacional de semillas de México y productora vainillera de Papantla (Foto: Jorge Huerta E.)

Aparicio Gaya afirma que aunque en muchas partes del orbe se cultiva hoy en día la vainilla, la técnica del secado artesanal que se le da en este lugar es único, otra razón de más para designar a nuestra vainilla como la mejor del mundo, sin embargo, el cambio climático, los temporales y la pandemia, entre otros factores, ha desmotivado a los productores tradicionales, que dicho sea de paso, venden la poca producción a compradores golondrinos.

Durante la primera oleada de italianos a tierras veracruzanas que llegaron al rancho El Cristo, antes Cantón de Papantla y hoy municipio de Gutiérrez Zamora, trajeron consigo la técnica del secado, que una vez en contacto con la vainilla, esta colonia se dio a la tarea de cultivarla y darla a conocer fuera de nuestro país, incluso esa técnica ha sobrevivido hasta nuestros días, en aquel tiempo, su tatarabuelo, Domingo Gaya Tosi, la utilizó para darle ese toque especial.

Cultivo de vainilla con malla sombra (Foto: Jorge Huerta E.)

Cultivos de traspatio

Un grupo de mujeres se encuentra trabajando en este momento para convencer a los productores que siembren en el traspatio de sus casas, ya que por el temporal y el robo de los cultivos lejos de sus hogares, en los nacahuales, causan estragos en la economía de los vainilleros, pero sobre todo tratan de persuadirlos a dejarlos madurar los nueves meses para obtener un producto de calidad.

Dijo que se trata de hacer nuevos productores, aunque tengan unas diez plantas, que aprovechen la cadena de la vainilla con el beneficio y comercialización de los productos como extractos, cremas y otras mercancías y de ahí con la nueva producción hacer frente a la competencia, aunque de la competencia, dijo que la peor amenaza es la vainilla artificial.

En una presentación de productos elaborados a base de vainilla (Foto: Jorge Huerta E.)

Depredador de la vainilla

Adriana Aparicio afirma que la amenaza de la vainilla mexicana no es Madagascar, Indonesia o Papúa Nueva Guinea, sino la vainilla sintética, indicó que ese es el verdadero depredador de la vainilla natural, pues el mercado mundial para nuestro país se puede recuperar con la calidad de que existe en el totonacapan, pues aunque en toda la región costera, desde Miami hasta Brasil existen siete especies de ésta, pero la vainilla mexicana es la mejor.

Por otro lado se mostró esperanzada en sumar nuevos productores de otras entidades, pues asegura que a través del programa sembrando vida, del gobierno federal, se han llevado plantas a Quintana Roo y Campeche, pero sobre todo en la selva de Yucatán donde se está utilizando la malla sombra con resultados muy positivos.

Ella reconoce que uno de los factores que no se puede controlar es el cambio climático, lo que ha provocado que se busquen alternativas en otros espacios, sin embargo “tenemos que ir blindándonos  con nuevas técnicas de cultivo, para trasmitirla a los productores”, incluso habló también de llevar la planta a otros entornos naturales.

«La última cena» de vainilla (Foto: Jorge Huerta E.)

Adaptación de la vainilla

Como muchas especies animales y vegetales, la vainilla está tendiendo una trasformación cuando hablamos de la búsqueda de nuevos ecosistemas, por ejemplo, en la región del totonacapan, lugar de domesticación de la orquídea, éste se dio a unos 400 metros sobre el nivel del mar, pero ahora con la desforestación y el cambio climático se está cosechando en bosques de niebla junto con el café a unos 800 msnm.

Pero lo más sorprendente es que además de ir desplazándose hacia las altas montañas como en Coatepec o la sierra de Otontepec, en el norte de la entidad, también se está adaptando hacia la costa, como si la buscara su sobrevivencia, pues es una planta nativa de nuestro país, por cierto, la más cara, al venderse en un rango de los 8 mil a los 14 mil pesos el kilogramo.

Durante el taller de elaboración de artesanías de vainilla en el restaurante Nakú, en la ciudad de Papantla (Foto: Jorge Huerta E.)

Producto turístico

En muchas entidades del país, con el esquema de pueblos mágicos y productos con denominación de origen, se han establecido algunas rutas como en Jalisco, con el Tequila, el mezcal en Oaxaca o la ruta del Vino y del Queso en el bajío, sin embargo en nuestra región este rubro no se está explotando.

Adriana Gaya dice que la vainillaestá olvidada, aunque algunos guías de turistas han hecho rutas, no existe una línea institucional en este sentido; “en este momento de baja producción, nos daría más como la parte turística de la vainilla y como parte económicamente activa y productiva, vender la idea, vender la historia, se tiene que sumar productores, sociedad civil y autoridades locales”, señaló.

En el restaurante Nakú, donde por cierto se llevó a cabo un taller de elaboración de figuras de vainilla, se han invitado chefs para que vean que es lo que se puede hacer con ella, es parte gastronómica y turística que aún falta por explotar, concluyó la también investigadora del Sistema  Nacional de Semillas de México (SNICS).

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