Mayra, oriunda de esta ciudad, es un joven talento, su personalidad abierta y un tanto sofisticada ella habla siempre segura y respetuosa; con conocimiento de causa ella respalda la teoría de que no cualquiera puede ser escritor o poeta, agrega en garantía de su punto de vista que una buena obra debe ser digna del análisis de un crítico.
La entrevistada opina que las corrientes literarias han surgido de acuerdo a los momentos históricos, sociales y culturales del hombre según la época, piensa con sentido profundo que en la actualidad son tantas que no alcanzamos una nueva corriente y -agrega- "No existe una que defina esta época (la nuestra), opina que muchos escritores contemporáneos tratan de proponer una nueva forma de pensar como es el caso de Octavio Paz que promovía una corriente que Mayra llama citadina y que a su juicio no causó auge.
Fomentar un círculo de críticos Literarios provocaría la contextualización de una nueva corriente literaria, lo anterior Mayra León lo observa como un objetivo definido, asume que no es fácil pero reitera que es necesario que un grupo así conozca de las diferentes corrientes narrativas que han existido.
Para Mayra las obras literarias deben tener profundidad, deben provocar y se definen porque hacen aflorar los sentimientos, este es un proceso de la etapa de todo creador y confirma que lo interesante, es trabajar el lenguaje, el contenido trasformado en contexto.
Mayra opina que la poesía es un don que nos otorgan nuestros sentimientos para expresar a los demás. En lo particular cree que en la poesía hay más licencia literaria que en la narrativa, esta última -dice- es más apegada al conocimiento y el dominio del lenguaje por tanto es más rigurosa, explica que el lenguaje y el contenido tienen la característica de no pasar de moda.
Un poeta o un escritor tiene forzosamente que emprender un viaje en retroceso, debe dominar cada una de las corrientes literarias, esto es muy importante a su juicio porque es un punto de partida para crear un estilo propio, es indispensable que domine madrigales, redondillas, alejandrinos, todas y sonetos, entre otros; en este sentido asegura que será mejor poeta.
Como cuentista admira a Horacio Quiroga y Gabriel García Márquez, el primero uno de los autores que la impactó y la llevó a las letras; de Octavio Paz admira su obra de análisis.
Cuestionada sobre el proceso de un creador, ella responde que está íntimamente ligado al ámbito socio cultural y económico que vive, explica que en la estructura poética ha evolucionado el ritmo y la métrica, y eso es válido ya que así como se viven las etapas en la vida de todo ser humano "en la poesía no se puede hablar de libertad si nunca se ha estado atado por la necesidad de trabajar rigurosamente sobre las corrientes más representativas que han existido".
Hija de un abogado y una maestra de profesión, inducida por su entorno empezó a escribir a los once años de edad, como consejo comparte la necesidad de tratar de conocer la vida del autor de la obra que se esté leyendo, con ello se va formando un sentido crítico, muchos de los grandes autores de renombre del romanticismo y neoclásico, por ejemplo, escribieron sus libros en la cárcel.
Del Internet opina que este canal sirve para proyectar la obra, para darse a conocer, ya que no hay limitaciones y aunque entiende que una obra impacta más en tanto la tenemos más cerca, sin embargo rezagarse en la tecnología es anacrónico, la tecnología en estos tiempos puede ser el mejor aliado de un escritor.
"Un poeta no debe perder la concepción sobre el momento histórico actual, no puede evadrse de la realidad, debe conocer su sociedad", Mayra hace un llamado a no perder el sentido crítico, la poesía ha servido por siglos como medio de manifestación revolucionaria en las diferentes épocas muchos de los lideres que no conocemos fueron silenciados en la cúspide de su vida literaria.
Con un sentido estricto respecto a la creación y el conocimiento, con trabajo callado pero perseverante, la poeta está decidida a crear una nueva corriente literaria, forma que "nosotros los hombres morimos, nuestras obras quedan". Al final reitera la necesidad y posibilidades de que Poza Rica dé algo de sí con la calidad de escritores que ya tiene. (2003)