Los participantes se visten de mujeres, demonios y personajes con máscaras; durante una semana previa a la fiesta grande, visitan las distintas comunidades del municipio para pedir, con danzas, cooperación para los gastos que el evento arroja.
Un violinista toca sones en cada domicilio que lo solicitan, a cambio otorgan una cuota por canción.
El día de la coronación se lleva a cabo la llamada despescuezada, que es el sacrificio de aves de corral que se encuentran colgados en el auditorio de la comunidad; a las gallinas le son arrancadas las cabezas. Según la tradición, la inmolación protege al ejido y prevén con ello mejores cosechas.